Poema de Clemente Riedemann
Porque chuteaste mi infancia hasta las estrellas, del banderín que iluminó mi pieza oscura, allá, en los callejones polvorientos, es que quiero escribirte este poema.
« Fuerte y a un costado »– dijiste, seguro como la bala que ya inició su viaje
y que un día incendiará mi carne tirándome de bruces en una cuneta. O como el sol de la mañana que alumbra la panera, mientras leo en el periódico una entrevista en que confiesas cómo deben patearse los penales:
« Fuerte y a un costado –dices- Es lo más seguro ». Así te llevé en el corazón
durante los años en que la vida se agarraba con estoperoles a la tierra en la cancha del club Tricolor.
Ahora los dos estamos viejos. Yo recuerdo casi todos tus goles. Tú no sabes que escribo poemas.
(del libro Gente en la carretera, 2001)