Huilliches de Choroy Traiguén (San Juan de la Costa) Fotografía de Andrea Oyarzún.
Artículo por Clemente Riedemann
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Así que somos retazos de lo que verdaderamente fuimos y aprendices de lo que quisieron otros que fuéramos. Onda que no sabemos para donde cortar. Si enterrar la cabeza en ese pantano que es el patrimonio o poner la cara al viento, a ver que nos reporta el arcano del día. Parece dramático, pero ni tanto. Es sólo un cambio de piel, como suele ocurrir en el verano.
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Los católicos de fines de los 50’s se volvieron marxistas en los 60’s. Los marxistas de entonces (más o menos cristianos) se volvieron escépticos en los 70´s. Y de éstos incrédulos o de las familias que fundaron, surgieron los yuppies de los 80´s (también en la política). En los 90´s ya eran neoliberales confesos (otra vez también en la política). En la primera década del siglo 21 han vuelto a sentirse escépticos habida cuenta del fraude que en realidad eran las vacas sagradas de Wall Street, con su pragmático “embolso, luego existo”;
Los valientes guerreros mapuches de la época colonial se volvieron evangélicos o católicos con la llegada de la república y a eso se le llamó “sincretismo”; el híbrido indigenista derivó en la adoración del autoritarismo con el advenimiento de la milicia al poder político; pero con la vuelta del orden constitucional democrático (esto va entre comillas) la indiada derivó ora en la guerrilla menor (a lo Robin Hood o Luciano Cruz) o en las Pymes, una suerte de aprendices de empresarios que nunca llegarán a serlo realmente debido a la hebra de pureza y honestidad que les vincula con Huentellao o Chaw Gnechén;
Las mujeres de los 60’s morían pollo ante el machito que se daba el lujo de ser jefe de más de un hogar; en los 70´s, sin embargo, salieron a la calle y ganaron su derecho a ser torturadas en igualdad o peores condiciones que los hombres; en los 80`s ya se atrevían a separarse con no pocos y cínicos trámites; a partir de los 90´s pudieron equipararse con los hombres en el acceso a las habitaciones de dos camas;
Los hombres recorrieron, a su vez, el camino opuesto: pasan ahora más tiempo en la cocina, vigilan que los niños no rueden por un abismo o se metan las cañas de fósforo por las narices y suele vérseles con el credo en la boca esperando a que sus mujeres regresen invictas de algún carrete a mitad de la semana. Nada raro que más de alguno decida salir del ropero y pasarse derechamente a la vereda de enfrente;
Los jóvenes de los 70´s estaban casi todos metidos en los partidos sin importar el logo de las banderas o el torneado de los linchacos; en los 80´s se interesaron más en las nuevas tecnologías informáticas (incluso sin facebook), donde todavía están y sienten estertores en el estómago cuando les hablan de política;
Después de los 60´s a muchos curas, después de permanecer por décadas hablando en latín, bien lejos del populacho, les dio por estar cerca de los niños pobres, incluso demasiado cerca;
Pero el poder sigue donde mismo: dirigiendo el tránsito, con sus vaivenes, sus apuestas por las completaciones, expansiones, mejoramientos, subvenciones. Ahora mismo dicen que hay 250.000 salmones de criadero compitiendo con nosotros, los peces piolas, en la misma bahía de siempre. Pero al menos es nuestro territorio y quizás tengamos mejores opciones de sobrevivencia. En la crisis, que le llaman así al fraude;
Los poetas, nuestros buenos poetas telúricos e iconoclastas de los 60´s, los 70´s y los 80´s, se fueron a vivir a Iowa, Barcelona o el sur de Francia, pero tienen a bien regresar cada dos años -como los políticos on line- para hacer campaña y lobby con ocasión del Premio Nacional de Literatura;
Así que somos retazos de lo que verdaderamente fuimos y aprendices de lo que quisieron otros que fuéramos. Onda que no sabemos para donde cortar. Si enterrar la cabeza en ese pantano que es el patrimonio o poner la cara al viento, a ver que nos reporta el arcano del día;
Nosotros mismos, que en nuestra juventud postulábamos por una poesía y una prosa lúcidas y amorosas, damos ahora una oportunidad a la locura y el resentimiento a fin de ganar unos pocos lectores hambrientos de seducción y sangre fresca;
Todo tiempo pasado no fue mejor, sin duda. Pero como las aguas están revueltas, parece que en la pesca (aunque sea artesanal) hay una oportunidad para parar la olla. Al final, parece que eso es lo que somos con toda certeza: sobrevivientes.
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(c) SURALIDAD EDICIONES, 2009;